EL BALÓN NO TIENE GÉNERO:

Fundación Fútbol Mas

Que las mujeres tengan mayor visibilidad en el fútbol, en gran parte gracias a su empuje y tenacidad, es muy poderoso. Por años nos identificamos con las historias de esfuerzo del fútbol masculino, nos encariñamos con ellos y su entorno, fuimos sus hinchas también. Hoy al ver mujeres ahí podemos sentirlo propio, y aunque falte tanto por hacer, que sean ellas las que están en la cancha, rompe las creencias limitantes con las que crecimos miles y abre un camino posible para las niñas.

Hoy nuestros referentes también son mujeres y tenemos que ser quienes aprovechen esta fuerza que nos regala el fútbol femenino, para potenciar todo lo que el deporte puede otorgarle a la infancia y la sociedad, para derribar los mitos que algún día nos marginaron, para alentar con energía certera a las niñas, para que el fútbol no les sea ajeno nunca más y, que a través de el, puedan explotar todas las habilidades disponibles para ellas.

En Fútbol Más, esto que ocurre nos ilusiona y anima, pues nuestras sesiones sociodeportivas siempre incluyeron a niñas y niños, mamás, papás, vecinas y vecinos. La idea que toda persona pueda ser parte del fútbol nos acompaña desde los inicios en nuestra organización: el fútbol como herramienta y catalizador social no puede ni debe discriminar. Así empezó hace 12 años esta revolución y hoy es parte de nuestra responsabilidad nombrar estas causas para pelearles de frente. “El balón no tiene género” es una de ellas, que al reconocerla y verbalizarla no sólo hace visible un problema, sino que ayuda a resolverlo, disminuye las injusticias y nos permite trabajar a partir de ello.

En el mundo vamos caminando en la búsqueda de mayor igualdad, porque entendemos que las diferencias las ha creado la sociedad. Que niñas, niños y niñes tienen capacidades iguales, y en este sentido, al mismo tiempo que buscamos empoderar a las niñas, debemos ser capaces de otorgarles oportunidades y hacer valer su derecho a disfrutar del juego sin miedo, sin discriminación ni violencia. Necesitan desenvolverse en espacios protegidos que consideren la perspectiva de género para tener la libertad de descubrir y decidir quiénes son y quiénes quieren ser.