COORDINADORA FEMNINSTA DE MUJERES Y DISIDENCIAS EN EL FÚTBOL.
La Lucha Nos Une: Coordinadora de Mujeres y Disidencias en el Fútbol Chileno.
Históricamente el deporte y el fútbol chileno se han construido como espacios masculinos y masculinizantes, donde las mujeres desde sus comienzos hemos sido invisibilizadas como protagonistas y agentes relevantes en el quehacer de nuestros clubes.
La exclusión de las mujeres abarca los diferentes espacios que tienen que ver con el deporte y no sólo con su práctica, sino que también con aquellas esferas relacionadas con el poder político y la institucionalidad deportiva: con los espacios de gestión y trabajo dirigencial, con el rol y la presencia femenina en los medios de comunicación, con la negación de las mujeres como socias, hinchas y espectadoras del fútbol; entre otros aspectos que hacen que la participación y la distribución del poder en el fútbol chileno sea desigual entre hombres y mujeres.
A pesar de que los estereotipos de género han determinado la participación femenina en el fútbol, las mujeres hemos tenido un rol fundamental en nuestros clubes, dentro y fuera de la cancha. Es una historia no contada, que se ha invisibilizado, pero que reivindicamos en la actualidad, cuando nos organizamos para ser reconocidas, respetadas y ocupar el espacio que nos corresponde.
En los últimos años, hemos sido testigos de cómo la sociedad, el fútbol y las canchas han mutado. Estas transformaciones también incluyen a las y los hinchas, quienes desde que entramos en la galería nos introducimos en una cultura misógina de actitudes machistas que van desde los cánticos, hasta los insultos al equipo rival. Cultura de la cual fuimos por años cómplices, con tal de sentirnos aceptadas en un mundo, que era (y es) dominado por hombres, pero que ahora ya no queremos más callar.
Por eso nos comenzamos a organizar, para transformar el fútbol en un espacio sin opresiones, libre de violencia. Desde hace varios años venimos trabajando activamente dentro de nuestros clubes y barras, tratando de hacer conciencia sobre cosas que parecen tan básicas, pero que va a costar trabajo erradicar del mundo “barrístico” y futbolero.
Como hinchas, lamentablemente, al momento de hablar de violencia de género, la mayoría (para no decir todas) tenemos situaciones o experiencias abusivas que contar. Esto nos resulta triste, ya que el estadio y nuestro club son nuestra segunda casa, nuestros lugares favoritos del mundo y vivir estos hechos desmotiva y quita las ganas de ir y participar. De esta y muchas otras maneras, nos van excluyendo.
A partir de estas experiencias y de compartir ideales futboleros, nos fuimos juntando con otras barristas, amigas y compañeras. Nos empezamos a organizar, para poco a poco ir haciendo conciencia sobre la cultura que existe en las barras y el fútbol. De esta manera, fueron floreciendo distintas organizaciones, colectivos y comisiones de género en muchos clubes del fútbol chileno, decenas de compañeras valientes que cuestionan lo establecido.
Trabajando estas temáticas, nos empezamos a dar cuenta de tantos hechos de violencia de género que ocurren alrededor de la pelotita. Algunas donde los abusadores son los mismos futbolistas, kinesiólogos, psicólogos, representantes y otros personajes ligados al deporte que tanto amamos. Otras violencias las vemos habitualmente en el control policial abusivo y las políticas criminalizadoras como Estadio Seguro.
También identificamos la violencia en la administración neoliberal de nuestros clubes, en las Sociedades Anónimas Deportivas y su política lucrativa, que ha transformado en especulación financiera un espacio de democracia, que vamos a recuperar. El acceso a la administración y a los espacios de decisión del fútbol han sido durante toda la historia, salvo mínimas excepciones, exclusivos de hombres.
El diagnóstico es bravo y nos obliga a posicionarnos y articularnos para transformar el fútbol en nuestro espacio de lucha. Es por ello que decidimos unirnos como mujeres y disidencias en el fútbol chileno, para luchar juntas contra la violencia de género en el fútbol. Levantando campañas de visibilización y denuncia, construyendo herramientas y protocolos que regulen, prevengan y erradiquen la violencia, entre otros desafíos que están en construcción colectiva y horizontal.
Cuando dejamos atrás los colores y nos conocimos entre todas, nos dimos cuenta que las opresiones son transversales en todos los clubes. Cambia la insignia, se repite la violencia. En la actualidad contamos con representantes de 12 clubes, pero estamos seguras que vamos alcanzar muchos más, porque lo que sentimos unas, lo sentimos las otras.
La lucha nos une.
Carolina y Constanza.
Coordinadora Feminista de Mujeres y Disidencias en el Fútbol.